Las especias indias han sido durante siglos un símbolo del rico patrimonio cultural y culinario de la India. Con una diversidad de sabores y aromas, las especias como el comino, la cúrcuma y el chile no solo embellecen los platos, sino que también narran historias de tradiciones antiguas. Sin embargo, en los últimos meses, esa rica historia se ha visto empañada por preocupaciones globales sobre la seguridad de las especias indias, especialmente aquellas producidas por marcas icónicas como MDH y Everest. MDH, que significa Mahashian Di Hatti, es una empresa familiar de más de 105 años, conocida por sus diversas mezclas de especias. Por otro lado, Everest, con 57 años de tradición, se ha mostrado como el mayor fabricante de especias puras y mezcladas en India, con presencia en más de 80 países.
A pesar de su popularidad y confianza en el mercado, ambas marcas se encuentran en el centro de un escándalo debido a niveles sospechosos de óxido de etileno, un pesticida considerado cancerígeno. La preocupación comenzó cuando Singapur y Hong Kong prohibieron la venta de ciertos productos de MDH y Everest, citando la presencia de este compuesto químico en sus especias. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) también ha comenzado a investigar a ambas compañías por posibles contaminaciones. Un análisis reveló que desde 2021, un promedio del 14,5% de los envíos de especias de MDH a Estados Unidos fueron rechazados debido a la presencia de bacterias, un hecho alarmante que plantea serias dudas sobre la seguridad alimentaria de estos productos. La Unión Europea, que ya había expresado inquietudes sobre las especias indias, ha encontrado la misma sustancia peligrosa en muestras de chiles y pimienta provenientes de la India.
Países como Maldivas, Bangladesh y Australia también han iniciado investigaciones sobre estas especias, lo que sugiere que la situación podría agravarse aún más. El impacto de estas preocupaciones no se limita solo a la reputación de las marcas implicadas, sino que afecta directamente la economía del país. India es el mayor exportador de especias del mundo, enviando productos por valor de 4,000 millones de dólares a aproximadamente 180 países. El mercado interno es igualmente impresionante, valorado en 10,000 millones de dólares. Las especias son una parte integral de la cocina india, y su posible contaminación podría afectar a millones de agricultores, exportadores y trabajadores que dependen de esta industria para su sustento.
La situación se vuelve aún más turbia al considerar que este no es el primer incidente relacionado con la calidad de las especias indias. En 2014, se encontraron niveles de plomo en productos de especias comunes, y en abril más de 60,000 kilos de especias adulteradas fueron incautados en Gujarat. Lo que esto sugiere es que existe un problema sistémico en el manejo de la seguridad alimentaria en la India. Frente a esta crisis, el gobierno indio ha tomado medidas al instruir a los gobiernos estatales a llevar a cabo pruebas de calidad en las especias, y el Consejo de Especias de India ha emitido directrices para que los exportadores verifiquen el uso de óxido de etileno. Sin embargo, muchos expertos advierten que estas medidas son insuficientes.
Según Narasimha Reddy Donthi, un investigador independiente, el problema de la contaminación podría estar ocurriendo en la etapa de poscosecha y procesamiento, lo que escapa al control de los agricultores. El daño potencial a la reputación de las especias indias es significativo. La investigación realizada por el think tank Global Trade Research Initiative (GTRI) sugiere que los recientes problemas de calidad podrían amenazar hasta la mitad de las exportaciones de especias de India. Si países clave como China cuestionan la calidad de las especias indias, las repercusiones serían devastadoras para el comercio. Durante años, las exportaciones de mango a EE.
UU. sufrieron debido a residuos de pesticidas, y la historia podría repetirse. Existen también implicaciones culturales en este dilema. Mucha gente en el mundo occidental desconoce el origen de las especias que utilizan. Muchos consumidores suponen que sus especias provienen de la India, pero poco saben sobre las realidades de la producción y los estándares de seguridad asociados.
Esta falta de conciencia puede crear aún más desconfianza entre los consumidores. Para restaurar la confianza en la calidad de las especias indias, es imperativo que el país implemente reformas significativas en la seguridad alimentaria. Se necesita una comunicación clara y transparente sobre los procesos de producción, inspección y control de calidad. La integridad y la sostenibilidad deben convertirse en prioridades fundamentales para proteger la rica herencia de la industria de especias de la India. En consecuencia, tanto MDH como Everest han defendido la seguridad de sus productos, insistiendo en que cumplen con todas las normativas y estándares de calidad.
Sin embargo, la percepción pública se torna crítica y escéptica. La crisis actual es un llamado de atención para toda la industria de especias en India, que debe abordar proactivamente los problemas para evitar consecuencias a largo plazo. La industria de especias, que es parte integral de la identidad culinaria india, está en un punto crítico. Especialmente en un mundo donde la seguridad alimentaria es cada vez más importante, es esencial que países como India restablezcan su reputación como pioneros en la producción de especias de alta calidad. La diversidad, riqueza y profundidad de las tradiciones culinarias de la India merecen ser protegidas y celebradas.