En plena escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, expertos financieros advierten que Pekín podría realizar una acción retaliatoria que impactaría especialmente a los propietarios de viviendas en suelo estadounidense. Este escenario surge en respuesta a las sanciones, aranceles y políticas económicas que ambos países han intercambiado durante los últimos meses, y que han generado preocupaciones sobre la estabilidad financiera y el mercado inmobiliario en EE.UU. La cuestión central radica en el mercado de bonos del Tesoro estadounidense y los valores respaldados por hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés), activos en los que China mantiene una posición significativa como uno de los mayores tenedores extranjeros. La amenaza latente consiste en que, si Pekín decide realizar una venta acelerada de estas inversiones, podría provocar una caída en sus precios y, en consecuencia, elevar las tasas de interés asociadas, incluyendo las tasas hipotecarias que afectan directamente a los compradores y propietarios de viviendas.
Los bonos del Tesoro estadounidense son instrumentos de deuda emitidos por el gobierno federal y considerados como uno de los activos más seguros a nivel global. Debido a su atractivo, son ampliamente adquiridos por gobiernos extranjeros, entre ellos China, que hasta hace poco mantenía alrededor de un billón de dólares en estos títulos. Sin embargo, la presión política y la guerra comercial, especialmente con los aranceles impuestos por ambas partes, abren la posibilidad de que China use esta palanca financiera como represalia. El impacto en el mercado inmobiliario estadounidense podría ser profundo. A medida que se desaten ventas masivas de bonos y valores hipotecarios, las tasas de interés subirían para compensar el mayor riesgo y la menor demanda.
Un incremento en las tasas hipotecarias hace que el costo de adquirir una vivienda sea más elevado para los consumidores, lo que puede desacelerar el mercado inmobiliario y aumentar la carga financiera de quienes ya poseen una hipoteca. Esta situación presenta una doble amenaza para los propietarios de viviendas: por un lado, un incremento en los pagos mensuales si poseen hipotecas a tasa variable o deben refinanciar sus deudas a tasas más altas; por otro lado, la posible disminución en el valor de sus propiedades debido a la menor demanda y la contracción del mercado. Esta combinación genera preocupación sobre la estabilidad económica de los hogares y su capacidad para hacer frente a sus obligaciones financieras. Por otra parte, las autoridades chinas han emitido declaraciones públicas minimizando la intención de deshacerse radicalmente de sus reservas en dólares, argumentando que un cambio abrupto podría también perjudicar sus propios intereses financieros, dada la interconexión de los mercados. Sin embargo, la incertidumbre permanece, y los analistas advierten que en un contexto de escalada de tensiones los gestos diplomáticos pueden cambiar rápidamente.
El vínculo entre el mercado de bonos, las tasas hipotecarias y el sector inmobiliario estadounidense es estrecho y complejo. Las tasas hipotecarias suelen seguir de cerca la rentabilidad de los bonos del Tesoro a diez años, considerados una referencia en el costo de financiamiento para viviendas. Por lo tanto, la caída en el precio de estos bonos por una venta masiva, como la que podría emprender China, conduciría inevitablemente a un aumento en las tasas hipotecarias. Sumado a esto, cerca del 15% de los valores respaldados por hipotecas en Estados Unidos están en manos de inversores extranjeros, siendo China uno de los principales poseedores. La venta simultánea de estos activos podría exacerbr la volatilidad en los mercados financieros, aumentando aún más las tasas y dificultando el acceso al crédito hipotecario.
La guerra comercial que se ha intensificado en 2025 con aranceles elevados —145% impuestos por Estados Unidos sobre ciertos productos chinos, y represalias de hasta 125% aplicadas por China sobre productos estadounidenses— alimenta una atmósfera de incertidumbre que influye en decisiones financieras de gran escala. Esta dinámica puede derivar en reacciones en cadena que impacten la economía doméstica estadounidense, afectando directamente la estabilidad de las familias y su patrimonio. Para los propietarios que están pagando una hipoteca actualmente, esta situación puede traducirse en un escenario preocupante. Las hipotecas a tasa variable se ajustarían al alza, incrementando las cuotas mensuales, mientras que quienes planean comprar una vivienda enfrentarán costos de financiamiento más altos que podrían reducir su capacidad de compra o desalentarlos a ingresar en el mercado. Esto tiene efectos colaterales para la demanda inmobiliaria, el flujo de ventas y la construcción de nuevas viviendas.
De cara al futuro, todavía quedan muchas incógnitas sobre si China llevará a cabo estas medidas de venta masiva de bonos y valores hipotecarios, o si la situación política y económica prevalecerá en un estado de tensión controlada. Sin embargo, el solo hecho de que esta posibilidad exista genera alerta entre inversores, entidades financieras y hogares estadounidenses. Ante este panorama, expertos aconsejan que los propietarios y futuros compradores estén atentos a las tendencias de las tasas hipotecarias y consideren estrategias financieras que mitiguen los riesgos. Esto puede incluir asegurar una hipoteca a tasa fija para evitar incrementos inesperados, fortalecer el ahorro y reducir la deuda, y diversificar inversiones para proteger el capital ante la volatilidad del mercado. En conclusión, la posible represalia financiera de China mediante la venta acelerada de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas supone una amenaza que podría golpear fuertemente a los propietarios de viviendas en Estados Unidos.
Aunque actualmente se desconocen los pasos que Pekín tomará, la relación entre política, finanzas globales y mercado inmobiliario pone en evidencia cómo los conflictos internacionales pueden repercutir en la economía doméstica y en la vida diaria de millones de ciudadanos. Con un contexto global inestable y elevadas tensiones comerciales, el escenario exige estar informado, vigilante y preparado para afrontar cambios que podrían traer consigo costos más elevados y riesgos adicionales para quienes invierten en vivienda o están en proceso de adquirirla. La interacción entre Estados Unidos y China en el ámbito financiero continúa siendo un factor clave a seguir para entender el futuro del mercado hipotecario y la estabilidad de los hogares en la mayor economía mundial.