Los teclados IBM Model M representan un hito en la historia de la informática, reconocidos a nivel mundial por su diseño robusto y excelente experiencia táctil. Dentro de esta legendaria familia, los teclados con 122 teclas convergentes son particularmente especiales. Su historia se entrelaza con el desarrollo de terminales IBM 3270 y 5250, y reflejan una evolución fascinante desde los primeros modelos Model F hasta las modernas versiones producidas por Unicomp. El análisis de sus distintas generaciones y clasificaciones permite entender mejor su construcción, funcionalidad y finalidad, especialmente para coleccionistas y entusiastas de los teclados mecánicos. El término “converged keyboard” o teclado convergente se refiere a aquellos modelos que integran funciones específicas para terminales IBM con un bloque dedicado de 24 teclas de función, extendiendo el tradicional diseño de los teclados PC estándar.
Estos teclados fueron fabricados de manera continua desde 1983, comenzando con los Model F con 122 teclas y posteriormente las diversas iteraciones del Model M, las cuales mantuvieron gran parte del legado pero incorporaron innovaciones técnicas notables. La línea de los teclados Model M de 122 teclas se puede clasificar en cinco tipos principales, cada uno con características y particularidades que reflejan su contexto tecnológico y usuario objetivo. Esta categorización no solo ayuda a diferenciar visualmente los modelos, sino también a entender los cambios en materiales, protocolos de conexión y diseño interno, sin perder de vista las diferencias de calidad que algunos llaman “generaciones”. El Type I o Tipo 1 es considerado el inicio formal de los teclados Model M convergentes. Presenta un diseño que se asemeja fuertemente a su predecesor Model F, particularmente en su gran tamaño y el diseño característico conocido como “battleship” por su aspecto robusto y angular.
Estos teclados mantienen ciertos detalles del Model F, como las teclas escalonadas en las zonas de modificadores, y se distinguen fácilmente por tener la parte inferior en plástico blanco perlado, en contraste con el metal negro que caracteriza a los Model F. La conexión se realiza mediante un cable en espiral con un conector DIN de 5 pines, con un cuerpo metálico rosqueable y forma recta. Su uso principal era en estaciones de trabajo y terminales IBM de las familias 3179, 3180, 3193 y otros sistemas vinculados a entornos industriales y corporativos donde la interacción con grandes cantidades de datos era crucial. Poco después, IBM introdujo el Type II, manteniendo muchas de las bases del Tipo 1, pero simplificando ciertos aspectos como la base y el diseño del cable. En esta iteración se sustituye el cable recto por uno con conector DIN de 5 pines en ángulo recto y con cubierta plástica en lugar de metal.
Asimismo, desaparecen las patas con posiciones ajustables laterales (presentes en Type I) para dar paso a patas de un solo ajuste desplegables, parecidas a las de los Model M convencionales y más prácticas. Pese a ser introducido en 1986, el Type II se produjo hasta bien entrados los años 90 y fue el formato estándar de los teclados 122-key convergentes en esos tiempos. Los usuarios apreciaron el equilibrio entre la robustez y la mejora en la ergonomía, que se tradujo en un teclado algo más compacto y ligero, manteniendo la experiencia de tecleo clásica. El Type III marca un cambio drástico en el diseño al abandonar la apariencia “battleship” y adoptar la silueta más estilizada y funcional propia del Model M tradicional, apodada “battlecruiser”. Lanzado en 1989 para la familia IBM InfoWindow, este teclado presenta un diseño mucho más delgado, con biseles más finos y menos espacio en la superficie alrededor del bloque de 24 teclas.
La conexión por cable también cambia de manera significativa al utilizar un conector modular de tipo RJ45 (comúnmente usado en redes Ethernet), aumentando su compatibilidad con diferentes dispositivos y haciendo el cableado más ordenado y flexible. Los Type III eliminan la presencia de interruptores DIP para configuración y se limitan al uso del conjunto de códigos IBM scancode set 3 para comunicación. Además, aunque mantienen la organización de las teclas de función, utilizan exclusivamente leyendas “Fxx”, diferenciándose de tipos anteriores que podían emplear nomenclaturas distintas según el terminal. Este modelo fue muy popular y producida hasta finales de los 90, y aún Unicomp continúa fabricando teclados basados en esta edición. El Type IV, denominado “Host Connected Keyboard”, amplía la función del Type III convirtiéndose en una solución para conexiones con ordenadores personales que ejecutan software de emulación de terminales.
Esto implica que es un teclado que puede operar tanto en un entorno tradicional terminal como en PC con compatibilidad PS/2, lo que hizo que este tipo fuera especialmente valioso para usuarios mixtos o que requerían interoperabilidad. Visualmente, el Type IV es muy similar al Type III, pero se identifica porque incorporan luces indicadoras de bloqueo (caps lock, num lock, etc.) en la esquina superior derecha y usan cables desmontables con conexión SDL, característicos de la era PS/2. La paleta funcional se amplía gracias a las leyendas en dos colores para indicar las funciones específicas de PC, destacadas generalmente en azul, y las funciones universales o de terminal, en negro. La fabricación arrancó alrededor de 1990 y Unicomp continúa con este tipo, incluyendo variantes con conectividad USB y otras adaptaciones modernas.
El Type V es una variante de la línea Type IV pero con un giro hacia el punto de venta (POS). Introducido a finales de los 90 también bajo la batuta de Unicomp, este teclado incluye un lector de banda magnética integrado y ofrece la posibilidad de conectar dispositivos externos como lectores de códigos de barras o incluso dispositivos señaladores incorporados. Estos teclados, además de sus características mecánicas y funcionales de alta gama, están optimizados para entornos comerciales y de caja que demandan mayores opciones de entrada y seguridad. Su diseño sigue la silueta “battlecruiser”, con un tamaño y peso similares al Type III y IV. A pesar de ser el menos documentado y más raro, su importancia radica en la versatilidad y la adaptación de la tecnología Model M en áreas comerciales específicas.
Unicomp ha sido un actor clave en la historia reciente de los teclados 122-key Model M, siendo responsable de la producción continuada y de absorber los diseños corporativos de IBM y Lexmark. La empresa ha impulsado diferentes modificaciones de los tipos III y IV, introduciendo versiones personalizadas para marcas tercerizadas y actores del mercado tecnológico. Entre las identificaciones no oficiales figuran las denominaciones “Type 3.5” y “Type 4.5” para especificar teclados que, manteniendo la base de diseño original, presentan variaciones en materiales como la sustitución del plástico PVC por el plástico PC+ABS, considerado más saludable y resistente al amarilleo, así como cambios en conectividad y opciones de color, predominando en la actualidad el negro azabache debido a la baja demanda de colores perlados clásicos.
La evolución de la conexión física de estos teclados muestra el paso de los conectores DIN de 5 pines y sus variantes verso los convencionales PS/2 y USB, reflejando la transición tecnológica en las interfaces de hardware. Esto influye también en la compatibilidad y facilidad de integración en sistemas modernos. Además, los teclados modernos de Unicomp usan tecnologías con microcontroladores programables, como la incorporación de Raspberry Pi Pico, que permiten reprogramar y personalizar las funciones del teclado acorde con las necesidades actuales. Más allá de su aspecto técnico y funcional, estos teclados conservan un respeto especial por los usuarios y aficionados que buscan una experiencia de tecleo óptima, durabilidad y un diseño que resistió pruebas del tiempo. Su historia y clasificaciones permiten a los coleccionistas identificar modelos específicos, conocer sus aplicaciones originales y valorar la importancia de cada tipo en el desarrollo del hardware informático.
Los modelos Type I y II, con sus vínculos directos a las antiguas terminales IBM, representan un enfoque industrial y específico, mientras que el salto a Type III y IV muestra la adaptación hacia equipos personales y la convergencia de funciones. El Type V cierra el círculo al representar la innovación en mercados de retail y punto de venta. Esta diversidad no solo refleja la capacidad de IBM y Unicomp para adaptarse, sino también la riqueza de una familia que ha dejado un legado imborrable en el mundo de los teclados. En resumen, la clasificación de los teclados IBM Model M de 122 teclas aporta una estructura necesaria para entender mejor sus diferencias y características. Desde las robustas formas “battleship” de los primeros modelos hasta los elegantes y funcionales “battlecruisers” modernos, cada Tipo refleja una etapa tecnológica y un grupo de usuarios distintos.
Esto convierte a estos teclados no solo en herramientas de entrada, sino en objetos de colección, historia y apreciación técnica, que siguen vigentes en la actualidad gracias a empresas como Unicomp que mantienen viva la tradición con adaptaciones contemporáneas.