Quentin Tarantino es reconocido a nivel mundial no solo por su estilo cinematográfico único, sino también por su habilidad para contar historias de una manera que cautiva y sorprende al público. En 2017, durante una charla exclusiva con el decano del Conservatorio AFI, Richard Gladstein, el cineasta ofreció uno de sus consejos más valiosos para guionistas y directores emergentes, un consejo que ha resonado fuertemente entre quienes aspiran a crear sus propias películas. La esencia de su mensaje se centra en una pregunta sencilla pero poderosa: ¿Cuál es la película que tú quieres ver? Esta pregunta aparentemente simple propone un enfoque revolucionario para elegir y desarrollar una historia: en lugar de tratar de complacer al mercado o de hacer una película basada en tendencias, Tarantino invita a los realizadores a buscar dentro de sí mismos la historia que aún no ha sido contada, esa idea única que solo ellos pueden poner en pantalla. Para el director, el motor principal para crear un filme debe ser una necesidad personal, una pasión creativa profunda que impulse el trabajo desde su núcleo más genuino. Utilizando como ejemplo su propia obra maestra, “Reservoir Dogs”, Tarantino reveló cómo esta película nació de un deseo auténtico de contar una historia que, a pesar de encajar dentro del género de películas de atracos, difería significativamente de lo que el público había visto hasta entonces.
Para él, era importante aportar algo nuevo, una perspectiva distinta, y esa contribución única fue lo que definió su proyecto. Este consejo no solo resalta la importancia de la originalidad, sino también la valentía de crear a partir de la intuición personal, aun cuando el resultado pueda ser diferente o poco convencional. En una industria saturada de fórmulas repetidas y éxitos de taquilla predecibles, diferenciarse a través de una voz propia se convierte en un activo invaluable. Además, Tarantino subraya que la existencia previa o no de un género o tipo de película no debe limitar ni desalentar a un creador. Incluso si el género está ampliamente explorado, la película que uno sienta que debe hacer, la que todavía no existe porque nadie más la ha creado, representa ese espacio para la innovación y para dejar una huella personal en el arte del cine.
Para los aspirantes a guionistas y directores, este enfoque implica un proceso introspectivo donde la creatividad y el deseo de contar esa historia específica deben ser los parámetros más importantes. La pregunta que plantea obliga a cada creador a preguntarse honestamente qué tipo de película sueña con realizar, cuál es la narrativa que solo ellos pueden aportar y que podría transformar o enriquecer el panorama cinematográfico. El proceso creativo propuesto por Tarantino también elimina la presión de conformarse con expectativas externas o copiar fórmulas exitosas. Muchas veces, los cineastas noveles se ven atrapados en intentar hacer algo que sea comercialmente viable o que se ajuste a lo que los productores o el público consideran atractivo, dejando de lado sus propias ideas y pasiones. El mensaje de Tarantino invita a romper con esos moldes y apostar por la autenticidad, puesto que solo de esa manera una obra puede destacar y conectar verdaderamente.
La influencia de este consejo va más allá del ámbito del cine. Puede aplicarse a cualquier forma de narrativa o expresión artística. Cuando un creador decide enfocar su esfuerzo en aquello que realmente desea hacer, no en lo que cree que debería hacer, la calidad y la originalidad se potencian, generando proyectos más auténticos y con mayor impacto. Un ejemplo visible de cómo seguir esta filosofía puede llevar al éxito es la misma carrera de Tarantino. A pesar de enfrentar dudas y rechazos en sus inicios, cuando decidió hacer “Reservoir Dogs”, lo hizo desde una perspectiva innovadora, humanizando a personajes que normalmente habrían sido estereotipos y presentando diálogos y situaciones con un sello distintivo que posteriormente definiría toda su filmografía.
Este consejo también sugiere un camino para los creadores que aún no han encontrado su voz. Buscar la película que desean ver puede convertirse en un proceso de autodescubrimiento, donde explorando sus intereses personales, sus influencias y sus ideas pueden aterrizar en una propuesta genuina que represente su identidad artística. Para lograrlo, Tarantino recomienda no limitarse a pensar en términos de mercado, tampoco en la posibilidad de éxito inmediato, sino en qué proyecto tiene la pasión y la emoción suficientes para sostener el largo y arduo proceso de creación. Hacer la película que tú deseas ver es, en última instancia, hacer un trabajo con alma, y esa autenticidad es lo que logra tocar al público. Además, la invitación del director también sirve para fomentar la diversidad dentro del cine.