La medicina regenerativa y la neurociencia han dado un paso trascendental con el anuncio de HydraDAO, una organización descentralizada financiada por criptomonedas que afirma haber conseguido restaurar la movilidad en ratas que sufrieron una lesión severa en la médula espinal. A través del desarrollo y aplicación de un innovador compuesto que combina polietilenglicol (PEG) y quitosano, los investigadores lograron que animales completamente paralizados pudieran caminar nuevamente en apenas cinco días. Este avance podría marcar un punto de inflexión en la forma en que se abordan las lesiones medulares, legendariamente difíciles de tratar y que afectan la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. La médula espinal es una estructura vital para la transmisión de señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. Cuando esta se ve comprometida de manera severa, como ocurre con la transección completa, las capacidades motrices y sensitivas por debajo del daño se pierden casi en su totalidad.
Durante décadas, científicos han buscado formas de restaurar estas conexiones neuronales con resultados limitados. Los fusógenos, sustancias químicas que promueven la fusión de membranas celulares, han sido uno de los caminos más prometedores. El polietilenglicol (PEG) es uno de estos fusógenos y ha demostrado su capacidad para cerrar membranas axonales y promover la regeneración neuronal. Sin embargo, hasta ahora, las aplicaciones clínicas seguían siendo modestas. El equipo de investigación liderado por Andrey Panferov dentro del proyecto Dowell, financiado por HydraDAO, dio un paso adelante combinando PEG con quitosano, un biopolímero extraído de los caparazones de crustáceos.
Esta combinación dio lugar a un compuesto denominado neuro-PEG que no solo facilita la fusión con mayor eficacia, sino que además es fotopolimerizable, lo que significa que puede solidificarse rápidamente mediante la exposición a la luz. Esta capacidad permite formar una estructura sólida que actúa como un andamio que une permanentemente los extremos de la médula espinal, mejorando la reparación y estabilización del tejido nervioso lesionado. Más allá del compuesto, el equipo utilizó técnicas complementarias para proteger el tejido nervioso durante el proceso, tales como la hipotermia localizada para reducir el daño secundario y el uso de inhibidores de muerte celular para evitar la pérdida adicional de neuronas. Estos procedimientos son esenciales para preservar la mayor cantidad posible de tejido funcional y favorecer la regeneración. Los resultados preliminares han dejado asombrados a la comunidad científica.
En un video publicado por el equipo se puede observar cómo las ratas, luego de sufrir una transección completa de su médula, recuperan capacidad de caminar en apenas cinco días después de la intervención. Aunque se trata de observaciones iniciales, los investigadores prometen la publicación de datos definitivos con grupos de control y experimentos adicionales a finales de este año, lo que permitirá realizar una evaluación más rigurosa de la eficacia y reproducibilidad del método. Este avance no surge de la nada, cuenta con antecedentes sólidos dentro de la investigación en neuroregeneración. Un estudio publicado en 2023 por Michael Lebenstein-Gumovski, neurocirujano colaborador del grupo, mostró resultados positivos similares en cerdos, los cuales recuperaron movilidad tras dos meses usando esta misma tecnología. Los investigadores describieron que neuro-PEG posibilita una recuperación sensoriomotora completa después de una transección total de la médula espinal, lo que sugiere un potencial enorme para futuros ensayos en humanos.
Cabe mencionar que este proyecto también cuenta con patentes que respaldan la innovación tecnológica, con una registrada en Rusia que detalla el método de restauración de funciones de la médula espinal usando conjugados de PEG y quitosano. Además, los desarrolladores contemplan la comercialización futura mediante kits quirúrgicos especializados y programas de capacitación para neurocirujanos y personal médico de emergencia, lo que demuestra el interés por llevar estos avances desde el laboratorio a la práctica clínica. El contexto de HydraDAO en esta investigación es también digno de atención. Se trata de un Decentralized Autonomous Organization (DAO) o una organización autónoma descentralizada que opera dentro del ecosistema cripto y se enfoca en la ciencia descentralizada (DeSci). Este innovador modelo busca redefinir cómo se financian y gestionan proyectos científicos, permitiendo mayor transparencia, colaboración internacional y acceso a recursos mediante donaciones y financiamiento colectivo en criptomonedas.
La asignación de fondos para el proyecto Dowell fue aprobada tras múltiples revisiones por parte de la comunidad y del comité científico de HydraDAO, lo que indica un proceso riguroso de selección y evaluación. A pesar del entusiasmo generado, los expertos llaman a la prudencia. Recuperar funciones tras una lesión medular es un desafío monumental, y diversos intentos anteriores han resultado prometedores en modelos animales, pero no siempre han tenido éxito ni han sido replicados con claridad en humanos. Se destaca la necesidad de confirmación independiente por parte de otros grupos de investigación para validar los resultados y garantizar que los métodos son replicables y seguros. El equipo de HydraDAO ha señalado que continuará con investigaciones complementarias utilizando técnicas de electrofisiología y trazadores neuronales para evaluar de forma precisa la conectividad entre el cerebro y la parte inferior de la médula espinal tras el tratamiento.
Estos estudios son clave para demostrar no solo la recuperación motora aparente, sino la verdadera restauración de las vías neuronales esenciales para el control voluntario y la funcionalidad a largo plazo. En el panorama global, proyectos como el de HydraDAO representan un giro en la forma en que la ciencia se financia y gestiona, donde la tecnología blockchain y las organizaciones descentralizadas empiezan a tener un rol protagonista. La integración de la ciencia tradicional con modelos innovadores de colaboración abre la puerta a posibilidades antes inimaginables, impulsando avances en áreas críticas como la neurocirugía y la medicina regenerativa. Si bien las muestras con ratas y cerdos son alentadoras, la comunidad médica y científica aguarda con expectación la publicación de resultados revisados y la realización de pruebas clínicas controladas en humanos, que serán fundamentales para establecer si esta tecnología puede aplicarse en el tratamiento de pacientes con lesiones medulares irreversibles. En conclusión, la recuperación de movilidad en ratas paralizadas mediante la aplicación del compuesto neuro-PEG desarrollado por el equipo Dowell de HydraDAO es una noticia que podría marcar un cambio en la historia de la medicina regenerativa.
Más allá de la ciencia, este caso refleja la incursión de las nuevas tecnologías descentralizadas en la ciencia y el potencial disruptivo que tienen para acelerar descubrimientos que podrían mejorar vidas de manera significativa a nivel global. El futuro de la reparación de la médula espinal puede estar más cerca de lo que muchos imaginaron, y la comunidad internacional observa atentamente cada paso que se dé en esta prometedora frontera.