El mundo de las aplicaciones Java exige cada vez más optimización en la recolección de memoria para mantener un rendimiento estable y eficiente. Entre los diversos recolectores de basura, ZGC (Z Garbage Collector) emerge como una solución revolucionaria, diseñada para ofrecer pausas ultrabajas durante la gestión dinámica de la memoria. En un entorno donde la minimización del tiempo de espera es fundamental, ZGC implementa un enfoque casi totalmente concurrente, superando los métodos tradicionales y ofreciendo una experiencia fluida incluso en pilas de gran tamaño y aplicaciones con altos requisitos de memoria. El principal logro de ZGC radica en su capacidad para mantener pausas inferiores a un milisegundo, independientemente del tamaño de los objetos en memoria. Para lograrlo, ZGC se apoya en gran medida en un diseño que permite que la mayoría de los procesos involucrados en el ciclo de recolección funcionen simultáneamente con la ejecución de la aplicación, evitando bloqueos prolongados.
Entre estos procesos figuran el marcado de objetos vivos, la procesamiento de referencias, la selección y compactación de regiones, e incluso tareas tradicionalmente bloqueantes como la descarga de clases y el escaneo de pilas de hilos. El ciclo de recolección de ZGC se caracteriza por una combinación de fases concurrentes y breves pausas sincronizadas. Estas pausas, muy cortas, funcionan únicamente como puntos de referencia para coordinar y señalar el inicio o finalización de cada etapa crítica del proceso. El ciclo contempla tres pausas y tres fases concurrentes: el inicio del marcado, una fase de marcado concurrente donde se recorre el grafo de objetos marcando los accesibles, la finalización del marcado, la preparación concurrente para la reubicación, el inicio de la reubicación con pausa, y finalmente la reubicación concurrente y compactación de regiones. Esta estructura permite que la ejecución de la aplicación continúe sin interrupciones significativas, maximizando el rendimiento y la escalabilidad.
Una de las innovaciones arquitectónicas esenciales que sustentan la concurrencia en ZGC es el uso de punteros coloreados. Estos punteros de 64 bits incorporan 22 bits dedicados a almacenar metadatos que representan el estado actual del puntero, como si el objeto está marcado, si el puntero ha sido remapeado o si el objeto está sujeto a finalización. En esencia, estos bits funcionan como indicadores o señales que permiten a ZGC rastrear el ciclo de vida de los objetos y facilitar su gestión sin necesidad de detener la ejecución del programa para evitar referencias obsoletas. La aplicación misma no interactúa directamente con estos punteros ni con sus bits de color, ya que esta complejidad es abstraída mediante barreras de carga. Estas barreras son fragmentos de código que, insertados automáticamente por el compilador JIT en puntos estratégicos, interceptan el acceso a referencias en memoria y verifican el estado del puntero coloreado.
Cuando una barrera detecta un puntero con un color considerado "malo" o inconsistente, realiza un proceso de post-procesamiento para resolver la referencia correcta, ya sea actualizando el puntero con la nueva ubicación del objeto o, si es necesario, movilizando el objeto para asegurar la coherencia. De esta forma, las barreras de carga garantizan que la aplicación siempre trabaje con referencias válidas sin pausas perceptibles. Otra característica distintiva de la arquitectura de ZGC es la multi-asignación del heap, que hace posible mapear la ubicación física de un objeto en varias direcciones virtuales a la vez. Este enfoque soporta el funcionamiento de punteros coloreados, ya que cada posible "color" del puntero puede apuntar a una view diferente en la memoria virtual, todas ellas sincronizadas respecto a la ubicación real del objeto en memoria. Aunque esta estrategia puede generar confusión al observar el uso de memoria, ya que las herramientas pueden reportar cifras superiores a la memoria física real del sistema, la realidad es que solo la asignación física de la ubicación actual del objeto consume memoria realmente.
El orgánico modelo de regiones en ZGC juega un papel crucial en su eficacia para la administración de la memoria. En lugar de tratar el heap como una masa homogénea para la asignación de objetos, ZGC lo divide dinámicamente en regiones denominadas ZPages, las cuales pueden variar entre tamaño pequeño, mediano y grande. Esta estrategia aprovecha la observación de que muchos objetos generados juntos tienden a tener vidas similares, lo que hace beneficioso ubicarlos en regiones contiguas para facilitar su liberación conjunta y optimizar la compactación. Las regiones pequeñas, de aproximadamente 2 MB, almacenan objetos pequeños, aquellos que no exceden el 12.5% del tamaño de dicha región, es decir, objetos de hasta 256 KB.
Las regiones medianas tienen un tamaño variable que se ajusta en función del tamaño máximo del heap establecido en la JVM, y pueden alcanzar hasta 32 MB en sistemas con heaps grandes. Los objetos que no caben en las regiones medianas, generalmente más grandes, se asignan a regiones grandes dedicadas a objetos voluminosos y se ajustan estrictamente a incrementos de 2 MB para optimizar el uso del espacio. El proceso de compactación es una fase crítica para optimizar el uso del heap eliminando fragmentación. Aunque ZGC inicialmente agrupa objetos relacionados y con vidas similares, existen casos en los que objetos residuales podrían generar regiones parcialmente ocupadas por objetos inalcanzables que bloquean la liberación completa de esa zona. Para solventar esto, ZGC implementa dos técnicas de reubicación o compactación del heap: la reubicación fuera del lugar y la reubicación en el mismo lugar.
La reubicación fuera del lugar es la vía preferida porque permite copiar objetos vivos a regiones vacías disponibles, liberando espacio de manera eficiente y evitando trabajo serializado. En cambio, cuando no existen regiones vacantes para usar, ZGC realiza reubicación en el lugar, moviendo objetos dentro de una región parcialmente ocupada para agruparlos y liberar el resto del espacio. Esta operación requiere compresión interna de la región y es más costosa en términos de rendimiento, ya que solo un hilo puede ejecutar esta tarea a la vez. Por ende, mantener un heap adecuadamente dimensionado es crucial para evitar reubicaciones en el lugar y mantener eficiencia. En definitiva, ZGC representa un avance disruptivo en los coleccionadores de basura para Java, al combinar principios de diseño innovadores como punteros coloreados, barreras de carga optimizadas, multi-asignación de heap y un sistema de regiones adaptativo.