En la era actual de la domótica y los dispositivos inteligentes para el hogar, cada vez buscamos maneras más innovadoras y personalizadas para interactuar con nuestro entorno. Mientras asistentes de voz como Siri, Alexa o Google Assistant han transformado la forma en que gestionamos la tecnología, en ocasiones esa interacción puede resultar frustrante. ¿Alguna vez has querido simplemente gritarle a tus dispositivos cuando no entienden tu comando? Aquí entra en escena The Screamer, un proyecto fascinante que permite encender y apagar la luz con un grito. Sí, has leído bien: con un grito puedes controlar la iluminación de tu casa de una manera sorprendentemente sencilla y eficaz. The Screamer recupera esa idea de usar comandos de voz, pero sin depender de asistentes virtuales complejos ni conexiones constantes a internet, utilizando un sistema autónomo y directo que responde a la intensidad del sonido de tu voz.
Este proyecto, desarrollado por Kevin O’Connor en 2025, se inspira en dispositivos clásicos como The Clapper, famoso interruptor que se accionaba con palmadas. A pesar de su popularidad en décadas pasadas, The Clapper presentaba limitaciones que no lograban satisfacer las expectativas de un mundo moderno orientado a la inteligencia y precisión. Ahora, con el avance en microcontroladores y sensores acústicos digitales, The Screamer lleva este concepto a un nuevo nivel, capaz de detectar un grito gracias a un micrófono especializado y la interpretación avanzada de sonido mediante un proceso de análisis de frecuencia. El núcleo de la tecnología detrás de The Screamer se basa en el uso de un Sonoff S31, un interruptor inteligente bien conocido en la comunidad de expertos por su confiabilidad, seguridad y capacidad de ser programado a medida gracias a la plataforma ESPHome que corre sobre un microcontrolador ESP8266. Este hardware está preparado para manejar cargas eléctricas de manera segura, por lo que es ideal para controlar iluminación doméstica.
La flexibilidad del Sonoff S31 permite integrarlo en proyectos personalizados, como es el caso de The Screamer. Para la detección del grito, el sistema utiliza un micrófono INMP441, que comunica la señal de audio mediante el protocolo I2S, lo que facilita la recolección de datos acústicos de alta calidad. Dicha calidad es fundamental para distinguir un grito de ruidos ambientales comunes y evitar activaciones no deseadas. Sin embargo, debido a limitaciones en los pines de entrada del Sonoff S31, el procesamiento de la señal y la detección del grito se realiza en una placa adicional basada en un ESP32. Este controlador complementario se encarga de analizar en tiempo real el nivel de amplitud sonora que recibe y aplica una Transformada Rápida de Fourier (FFT) para evaluar la energía en bandas específicas de frecuencia, concretamente en el rango de 1000 a 4000 Hz, bandas en las que generalmente reside la energía característica de un grito humano.
Cuando el ESP32 detecta un grito que supera el umbral predeterminado y confirma que no se está ya en un estado de detección activa, lleva a cabo una señal electrónica que conectada al Sonoff S31 provoca que este alterne el estado de su relé interno, encendiendo o apagando la luz ligada al dispositivo. Para evitar activaciones repetidas demasiado rápidas, un pequeño retardo o periodos de antirrebote se incorporan al código del ESP32 para estabilizar el sistema y hacer que la experiencia sea fluida y confiable. El enfoque adoptado en The Screamer es particularmente interesante porque evita depender de servidores en la nube o dispositivos externos que requieran conexión a internet constante. Esto no solo mejora la seguridad y privacidad, sino que también garantiza que el sistema funcione instantáneamente y sea resistente a caídas de red o problemas de conectividad. Simplemente al conectar The Screamer, está listo para funcionar, sin configuraciones complejas o aplicaciones adicionales.
Aunque algunos podrían considerar implementar el sistema en una plataforma más robusta como Raspberry Pi o con código en Python, el creador optó por un diseño lo más compacto, económico y autónomo posible, pensado para usuarios que busquen algo directo y sin complicaciones. El uso de ESPHome también permite una integración sencilla con plataformas más amplias como Home Assistant, facilitando que el pin de detección de grito se exponga como una entidad que pueda integrarse en automatizaciones más sofisticadas a futuro. Más allá de la utilidad inmediata de encender o apagar una lámpara con un grito, The Screamer abre la puerta a posibilidades creativas: imaginar gritos que programen cambios de escena de luces, que activen diferentes dispositivos del hogar o incluso que integren acciones en sistemas de seguridad o control de accesos. La idea de controlar la tecnología con emociones vocales tan brutas como un grito, le añade un toque lúdico y humano a la domótica, recordándonos que la interacción con máquinas puede ser divertida y no siempre tiene que ser formal ni compleja. En cuanto a la precisión de la detección, el método empleado funciona bastante bien para lo que se propone, aunque no está exento de limitaciones.
La calidad del micrófono y la calibración de los umbrales son claves para evitar falsos positivos, es decir que reaccione a sonidos no deseados, y también para no perder gritos genuinos. De hecho, con el tiempo el autor planea mejorar el sistema para hacerlo más eficiente y quizá incorporar otros métodos de detección o micrófonos más adecuados. Lo más significativo detrás de The Screamer es que el proyecto demuestra el valor de experimentar y divertirse con la tecnología, enlazando conceptos tradicionales y dispositivos modernos con el objetivo de crear experiencias nuevas y cotidianas que resuenen con usuarios que buscan algo más allá de la funcionalidad pura: un toque de humor y ligereza en la electrónica. Para quienes sienten curiosidad por esta propuesta, existe la posibilidad de seguir el desarrollo y actualizaciones futuras a través del GitHub del proyecto, o incluso adquirir un dispositivo para el “persona enojada” de la familia que necesite un desahogo controlado. Además, integrar The Screamer a una instalación doméstica inteligente puede ser tan sencillo como añadirlo a la plataforma que ya utilices y personalizar las acciones que desees que se ejecuten con un grito.
El futuro de la interacción con los dispositivos inteligentes está lleno de posibilidades, y The Screamer es un ejemplo vibrante e ingenioso de cómo el ingenio y la tecnología pueden combinarse para hacer el día a día más entretenido y accesible. A medida que leas y explores este desarrollo, quizás te des cuenta de lo sencillo que puede llegar a ser ponerle voz (o grito) a tus dispositivos, rompiendo con las interfaces tradicionales y dándole un matiz mucho más emocional e inmediato a la forma en que controlamos nuestro hogar. The Screamer no es solo un proyecto de tecnología, es un recordatorio de que los límites de la innovación a menudo comienzan con una idea sencilla pero disruptiva y con ganas de jugar. Así que la próxima vez que estés harto de tus dispositivos te recomendamos probar gritarles, porque con The Screamer, literalmente, tu voz enciende la luz.