La reciente ola de incertidumbre provocada por la implementación y ajustes continuos de aranceles ha generado una gran preocupación entre inversores y ahorradores. La volatilidad en los mercados financieros y las noticias constantes sobre posibles conflictos comerciales desencadenan dudas sobre cuál es el mejor camino para proteger el patrimonio a corto y largo plazo. En este contexto, los asesores financieros juegan un papel esencial en brindar perspectiva y guía para afrontar estos tiempos desafiantes. Para quienes cuentan con un portafolio de inversiones o están próximos a jubilarse, entender las implicaciones de las políticas arancelarias y actuar con prudencia es fundamental. Lo primero que suelen recomendar los expertos es evitar intentar predecir o cronometrar los movimientos del mercado de manera reactiva.
Los mercados financieros, pese a sus altibajos, tienden a recuperarse y crecer a lo largo del tiempo. Es por ello que realizar cambios drásticos en la asignación de activos cuando ya se han sufrido pérdidas iniciales puede perjudicar más que beneficiar. En lugar de intentar anticipar el mejor momento para comprar o vender, lo ideal es mantener la calma y apegarse a una estrategia bien estructurada y diversificada. Asimismo, no se debe asumir que la situación de conflicto arancelario haya concluido tras anuncios temporales o pausas en las negociaciones. Estas interrupciones pueden ser momentos transitorios dentro de un proceso que podría extenderse meses o incluso años, generando múltiples ciclos de incertidumbre y volatilidad en las bolsas y otros activos financieros.
Por ello, estar preparado para el largo plazo y no dejarse llevar por titulares optimistas que anuncian treguas momentáneas es un enfoque más sensato. Otra recomendación esencial es limitar las revisiones frecuentes de las cuentas de inversión a menos que sea estrictamente necesario. La exposición constante a las fluctuaciones diarias y las caídas puede provocar ansiedad y decisiones impulsivas que comprometen el rendimiento futuro. Un inversor con una cartera diversificada, y cuyos objetivos financieros estén enfocados en el tiempo, ganará más manteniendo la disciplina y evitando cambios precipitadas motivadas por reacciones emocionales. Los clientes en etapa de retiro o próximos a jubilarse deben prestar especial atención a la creación de una reserva de liquidez a corto plazo.
Esto significa contar con fondos o activos conservadores suficientes para cubrir los gastos esenciales durante uno a tres años, sin necesidad de vender inversiones en caídas del mercado. Tener un “colchón seguro” evita que se realicen ventas forzadas en momentos inoportunos y brinda tranquilidad para sobrellevar periodos de turbulencia. Además, ante la posibilidad de pérdidas de capital en la cartera, los asesores sugieren considerar estrategias de aprovechamiento fiscal, como la recolección de pérdidas fiscales (tax-loss harvesting). Esta práctica permite compensar ganancias de capital con pérdidas producidas durante la volatilidad, optimizando la carga tributaria y mejorando la eficiencia general de la inversión. En definitiva, el contexto actual de ajustes arancelarios y fricciones comerciales requiere vigilancia, pero también una gestión racional y disciplinada del patrimonio.