Las cuatro grandes firmas de servicios profesionales, conocidas mundialmente como las Big Four – Deloitte, EY, PwC y KPMG – están liderando una competencia tecnológica sin precedentes al incorporar agentes de inteligencia artificial (IA) capaces de realizar tareas autónomas y transformar la forma en que se trabaja. Estas corporaciones, con decenas de miles de empleados, se ven ahora en el centro de una revolución digital que promete cambiar no solo sus operaciones internas, sino también la oferta de servicios a sus clientes, impactando así a todo el sector empresarial. Durante años, las Big Four han invertido considerablemente en automatización e inteligencia artificial para optimizar procesos, mejorar la calidad de sus soluciones y potenciar la eficiencia. Sin embargo, han llegado a lo que se denomina como la tercera ola de la IA: los agentes inteligentes o "agentic AI". A diferencia de simples chatbots que responden preguntas, estos agentes tienen la capacidad de percibir, razonar y actuar sin supervisión humana directa, ejecutando tareas complejas y tomando decisiones.
Recientemente, Deloitte y EY anunciaron el lanzamiento de plataformas de agentes de IA desarrolladas en cooperación con Nvidia, un líder tecnológico en procesamiento de datos y aprendizaje automático. Deloitte presentó Zora AI, una plataforma que ofrece una fuerza laboral digital capaz de completar de forma autónoma labores en departamentos como finanzas, incluyendo la gestión de gastos e informes de rendimiento. Por su parte, EY lanzó su plataforma EY.ai, destinada inicialmente a su división de impuestos, poniendo a disposición más de 150 agentes digitales para asistir en tareas como la recopilación y análisis documental, revisión y cumplimiento fiscal. Estos desarrollos representan un cambio radical dentro de las organizaciones.
Los líderes de estas firmas vislumbran una nueva era para las empresas: la "era de la empresa autónoma". Deloitte estima que Zora AI incrementará la productividad en un 40% en el equipo financiero, reducirá costos en un 25% y liberará miles de horas de trabajo humano que pueden ser redirigidas hacia funciones de mayor valor estratégico. EY prevé que su plataforma abordará más de 3 millones de casos de cumplimiento fiscal y optimizará más de 30 millones de procesos tributarios en un año, un volumen que refleja la escala de transformación que se está gestando. La precisión del sistema ha alcanzado un 86% en pruebas preliminares, superando modelos genéricos y mostrando un alto potencial para mejorar la calidad del servicio y la eficiencia operativa. No obstante, esta revolución tecnológica no solo implica un avance en capacidades técnicas, sino también retos en cuanto a la integración de esta nueva clase de “trabajadores digitales” dentro de los modelos de negocio existentes.
En eventos como el Foro Económico Mundial, responsables de innovación de EY han destacado que el poder de los agentes de IA está obligando a repensar la forma en que se cobra a los clientes. Se pasa de modelos basados en horas trabajadas a esquemas basados en resultados, acercando el servicio a un modelo de suscripción o software como servicio. La transformación es igualmente compleja a nivel cultural y organizativo. Deloitte, mediante declaraciones de su equipo directivo, ha manifestado que sus empleados deben adoptar una mentalidad de ingeniería primero y consultoría después, indicando que los roles tradicionales cambiarán para abrazar más el desarrollo tecnológico y la gestión de sistemas inteligentes. KPMG, con un enfoque similar, está construyendo equipos humanos y agentes digitales que trabajan conjuntamente en auditoría, impuestos y asesoría, resaltando que esta combinación será más rápida, inteligente y eficiente, capaz de superar barreras tradicionales como fronteras geográficas o políticas internas.
El objetivo es crear una fuerza laboral híbrida que nunca descansa, siempre disponible para aumentar la productividad y la calidad del servicio. PwC se ha centrado en la creación de agentes para funciones específicas dentro de la empresa, como la ingestión, investigación y limpieza de datos. Su visión apunta a que esta inteligencia artificial no solo mejore operaciones internas sino que también transforme la experiencia del cliente y favorezca el crecimiento y la rentabilidad. Además, PwC enfatiza la importancia de construir estos sistemas con un enfoque en la confianza, IA responsable y controles éticos, para asegurar que las nuevas tecnologías se implementen de manera segura y sostenible. La integración de agentes de inteligencia artificial en las Big Four está marcando un antes y un después para el sector servicios profesionales.
Estas compañías están dando ejemplo a nivel global, demostrando cómo aprovechar la innovación tecnológica para mantener competitividad y ofrecer valor superior a sus clientes. Al mismo tiempo, este avance libera a los profesionales de tareas repetitivas y administrativas, permitiéndoles enfocarse en actividades que requieren análisis crítico, creatividad y empatía. Los beneficios para las empresas y sus empleados podrían ser significativos: mayor productividad, reducción de costos, mejor precisión y rapidez en el cumplimiento de obligaciones y la toma de decisiones, así como una mejora sustancial en la calidad del trabajo. Sin embargo, este cambio también presenta desafíos a nivel de gestión del talento, adaptación cultural, formación continua y regulación sobre el uso de la IA. En definitiva, las Big Four están no solo adoptando la automatización y la inteligencia artificial avanzada, sino que están redefiniendo el futuro del trabajo en servicios profesionales.
La colaboración entre humanos y agentes digitales está transformando tareas, dinamizando modelos de negocio y ofreciendo nuevas posibilidades de crecimiento, eficiencia y valor. Este fenómeno augura una nueva era donde la innovación tecnológica y el talento humano se complementan para crear organizaciones más ágiles, productivas y preparadas para los retos del siglo XXI.