En el corazón de Estados Unidos, una preocupante situación ha cobrado fuerza en las últimas semanas. Un grupo con ideología militarizada y conspirativa, conocido como Veterans on Patrol, ha comenzado a sostener la creencia de que los radares meteorológicos, especialmente las torres Doppler del Servicio Nacional del Clima (National Weather Service, NWS), no son simples herramientas de monitoreo atmosférico, sino en realidad “armas climáticas” o “weather weapons” usadas para manipular el clima. Esta conspiración ha desencadenado amenazas y acciones para dañar la infraestructura crítica, generando alarma y preocupación en las autoridades y la comunidad científica. La red de radares Doppler NEXRAD, que significa Next Generation Radar, es una tecnología que ha estado operativa desde la década de los 90 y es vital para detectar fenómenos atmosféricos como precipitaciones, tormentas severas y tornados. Además, esta red es fundamental para alertas tempranas que salvan vidas y es utilizada en distintas aplicaciones por la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Sin embargo, la percepción errónea y radicalizada del grupo Militante Veterans on Patrol ha llevado a una campaña de amenazas dirigidas a desmantelar estos radares. Según correos internos filtrados del Servicio Nacional Oceánico y Atmosférico (NOAA), la organización busca reclutar personas para realizar “simulacros de penetración” en las instalaciones de radares NEXRAD. Estos ejercicios están diseñados para identificar vulnerabilidades en los sistemas con el fin de facilitar futuros actos destructivos. Los miembros del grupo sostienen que no existen leyes que les impidan destruir lo que consideran “armas”, una mentira peligrosa que pone en riesgo la integridad de instalaciones esenciales para la seguridad nacional y pública. Este aumento en las amenazas contra la infraestructura del Servicio Nacional del Clima ocurre en un momento ya complicado.
El NWS enfrenta múltiples desafíos internos como la falta de personal técnico especializado, con más de 90 vacantes para técnicos que se encargan del mantenimiento y reparación de radares. Estos puestos vacíos empeoran la capacidad de respuesta ante fallas o sabotajes y, en combinación con una congelación en contrataciones, genera preocupación sobre la resiliencia del sistema ante posibles ataques. La naturaleza del grupo Veterans on Patrol, catalogado por el Southern Poverty Law Center como una milicia anti-gubernamental, indica un trasfondo de radicalización y desconfianza hacia las instituciones gubernamentales. Esta organización ha estado involucrada en otras actividades que reflejan desconfianza extrema y desinformación sobre fenómenos naturales y tecnológicos, incluyendo teorías conspirativas como chemtrails y manipulación climática por parte del gobierno. Las autoridades han tomado medidas ante estos riesgos.
El correo de la oficina de seguridad del NOAA recomienda a los empleados del NWS implementar un sistema de “compañerismo” al acceder a sitios remotos donde se encuentran los radares, así como mantenerse alerta a actividades sospechosas y reportarlas a las fuerzas del orden en lugar de tratar de intervenir directamente. Aunque aún no se ha confirmado públicamente la participación directa del FBI, es sabido que agencias federales monitorean la situación y han emitido boletines internos sobre la amenaza a la red NEXRAD. La seguridad y mantenimiento de los radares meteorológicos son esenciales no solo para la previsión y mitigación de fenómenos naturales sino también para operaciones civiles como la aviación y actividades militares. Una interrupción intencional o incluso un daño mecánico provocado por actores externos puede poner en riesgo vidas y generar caos en zonas vulnerables a desastres naturales. Este episodio también refleja un desafío más amplio relacionado con la polarización política y social que atraviesa Estados Unidos.
El descontento con el gobierno, la proliferación de teorías conspirativas y la desinformación son caldo de cultivo para que grupos militantes como Veterans on Patrol adopten acciones radicales que afectan infraestructuras críticas. Las reacciones violentas o amenazantes hacia empleados públicos, especialmente en sectores dedicados a la protección de la ciudadanía, impactan negativamente en la moral y el desempeño del personal. La importancia de informar con responsabilidad y combatir la desinformación nunca ha sido tan crucial. El público debe entender la función y beneficios de tecnologías como los radares Doppler para la seguridad climática y la prevención de desastres. La percepción errónea que los define como armas creadas para manipular el clima no tiene base científica y solo alimenta temores infundados.
En respuesta a estos desafíos, es vital que se refuercen los protocolos de seguridad en las instalaciones meteorológicas y que se fortalezcan los equipos técnicos para garantizar la operación eficiente y continua de los radares. La colaboración entre agencias federales, locales y estatales puede ayudar a prevenir actos vandálicos y proteger la infraestructura crítica. Finalmente, es fundamental abordar las raíces del extremismo y la difusión de conspiraciones que envenenan el diálogo público. La educación, el acceso a información veraz y la comunicación transparente por parte de instituciones oficiales pueden mitigar el impacto de estos grupos y preservar la confianza en la ciencia y la tecnología al servicio del bienestar común. La amenaza actual evidencia cómo la mezcla de desinformación, radicalización y falta de recursos puede crear un escenario peligroso para la seguridad nacional en un momento donde la tecnología y el conocimiento científico desempeñan un papel crucial para enfrentar desafíos como el cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos.
América y el mundo entero observan con atención estas dinámicas, recomendando una acción decidida para proteger no solo los radares, sino también el bienestar y la estabilidad de la sociedad que depende de ellos.