En un mundo cada vez más digitalizado, la verificación de identidad y la autenticación segura se han convertido en temas imprescindibles para usuarios y plataformas digitales por igual. La llegada a Estados Unidos de las esferas biométricas de escaneo de iris desarrolladas por Sam Altman y su equipo supone un avance disruptivo en cómo se confirma la identidad humana en la red. Estas llamadas Orbs, que forman parte del innovador proyecto World (antes conocido como WorldCoin), están diseñadas para luchar contra la suplantación, los bots y las imitaciones por inteligencia artificial, brindando además una experiencia de registro digital única y basada en tecnología blockchain. El proyecto World, fundado en 2019 por el propio Sam Altman, CEO de OpenAI, junto a Alex Blania y Max Novendstern, parte del principio de que la mayor garantía para verificar que un usuario es efectivamente un ser humano único reside en la biometría ocular. Así es como trabajan estas orbes: son sofisticadas esferas metálicas que escanean la retina y el rostro del individuo, generando una identificación biométrica encriptada que luego se convierte en un token único asociado a una identidad digital en blockchain, conocida como World ID.
Esta identidad sirve para confirmar de manera fiable que la persona que accede a un servicio o sitio web es real y no un robot o perfil falso. El despliegue oficial del proyecto World en Estados Unidos cuenta con tiendas físicas ya abiertas en ciudades como San Francisco, Austin, Atlanta, Los Ángeles, Miami y Nashville. Estos espacios invitan a los usuarios a escanear su iris a cambio de recibir una recompensa en criptomoneda llamada Worldcoin (WLD), con un valor inicial de más de 16 dólares, como incentivo para incentivar la masificación del registro. La experiencia para el usuario es sencilla: primero descargan la aplicación móvil World App, inician sesión y, al entrar a la tienda, la app se conecta con una de las Orbs cercanas. La aplicación guía al usuario sobre cómo posicionarse y cuánto tiempo debe durar la escaneada para que el dispositivo capture la información iris y facial necesaria.
Posteriormente, esta información se cifra y se envía directamente al teléfono para crear el World ID, siendo eliminada inmediatamente de los dispositivos Orb, lo cual es una estrategia que busca tranquilizar a quienes expresan inquietudes sobre privacidad y manejo de datos personales. El uso de la biometría para autenticar la identidad en línea ofrece múltiples beneficios que impactan especialmente a sectores donde la autenticación tradicional está siendo insuficiente frente al auge de bots y perfiles automatizados. Juegos en línea, redes sociales, plataformas de citas y aplicaciones donde la garantía de que los usuarios reales son quienes dicen ser, se vuelven absolutamente necesarias, encuentran en World una solución prometedora. La capacidad de diferenciar humanos auténticos de inteligencia artificial o usuarios fraudulentos puede transformar radicalmente la experiencia en internet, aumentando la confianza y seguridad para millones. No obstante, esta innovación no ha estado exenta de críticas y desafíos regulatorios.
Países como Corea del Sur han impuesto multas a la startup detrás de World por supuestas violaciones a la privacidad. Hong Kong ha ordenado el cese total de sus operaciones, mientras que Alemania, Kenia y España han iniciado acciones legales cuestionando el modo en que se recolecta, almacena y utiliza la información biométrica de las personas. Estas disputas resaltan las tensiones que existen entre aprovechar tecnologías avanzadas de autenticación y respetar normativas y derechos respecto a la protección de datos personales y privacidad. En Estados Unidos, la bienvenida a las orbes biométricas ha sido más entusiasta, con la organización planeando una expansión significativa en la cantidad de estos dispositivos. La meta que se han fijado es instalar alrededor de 7,500 orbes para final de 2025, cuadruplicando la base instalada actual.
Para ello, han establecido una fábrica en Texas destinada a la producción masiva de orbes y están trabajando en diseños miniaturizados para hacer que la verificación sea más accesible en diferentes contextos y dispositivos. Uno de los puntos destacados en el reciente lanzamiento en San Francisco fue el enfoque particular en tres áreas clave donde World visualiza una gran oportunidad de impacto inmediato. Estos sectores son los videojuegos, las aplicaciones de citas en línea y las redes sociales. En todos estos ámbitos, la prevalencia de bots y perfiles falsos afecta la confianza, la seguridad y la calidad de la interacción humana. Con World ID, las empresas pueden ofrecer a sus usuarios la seguridad de que están interactuando con personas auténticas, reduciendo así riesgos de fraude, suplantación de identidad y experiencias negativas.
En paralelo al lanzamiento, han anunciado alianzas estratégicas importantes. Se prevé la emisión de una tarjeta de débito avalada por Visa, vinculada a la identidad digital creada por World, lo cual abre nuevas puertas para la adopción financiera de la criptomoneda Worldcoin. También se confirmó que Match.com en Japón comenzará a utilizar World ID para brindar mayor tranquilidad a sus usuarios que buscan relaciones genuinas, ilustrando cómo esta tecnología puede integrarse eficazmente en mercados diversificados. A pesar del gran potencial que ofrece esta tecnología, existen preguntas sobre aceptación social, consideraciones éticas y preocupaciones legales.
El escaneo biométrico es una herramienta potente, pero su uso masivo implica repensar normativas sobre consentimiento, protección de datos, transparencia y responsabilidad de las empresas. La promesa de ofrecer recompensa en criptomoneda compensa a muchos usuarios para que acepten dar su información biométrica, pero también abre el debate de hasta qué punto las personas comprenden y valoran los riesgos involucrados. De manera práctica, en las tiendas observación muestra que la afluencia de personas interesadas es notable, aunque la cantidad de usuarios que completan el proceso es variable. Hay un interés genuino entre aquellos que están al tanto de los avances tecnológicos y las implicaciones de la identidad digital, así como por parte de asistentes a conferencias tecnológicas cercanas, quienes ven un atractivo inmediato en la oferta de recompensas. Sin embargo, la necesidad de educar y persuadir al público sobre los beneficios reales y la seguridad del sistema sigue siendo una tarea pendiente.