El mercado de las criptomonedas se encuentra en un punto de inflexión crucial en la primera semana de abril de 2025. La oleada de nuevas tarifas impuestas por Estados Unidos y la respuesta global a estas medidas arancelarias están afectando no solo a los activos tradicionales sino también a las criptodivisas como XRP y Bitcoin. Aunque las criptomonedas han sido tradicionalmente vistas como una clase de activos algo desligada de las dinámicas financieras globales, la correlación con el mercado de valores y eventos macroeconómicos como las disputas comerciales vuelve a quedar en evidencia en estos momentos. XRP, la criptomoneda desarrollada por Ripple, está enfrentando un escenario particularmente desafiante. Después de un descenso significativo desde enero, donde perdió cerca del 39% de su valor, los inversores continúan lidiando con la incertidumbre derivada del caso legal entre Ripple y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Este proceso judicial tiene pendiente una reunión clave de la SEC programada para el 10 de abril, donde se espera una decisión que podría definir el futuro legal y comercial de XRP en el mercado estadounidense. La atención está puesta en si la SEC decide retirar el recurso de apelación contra Ripple en relación a la venta programática de XRP. El CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, ha expresado que la entidad reguladora planea dar este paso, pero la falta de confirmación oficial genera ansiedad. En el pasado reciente, la SEC mostró celeridad al retirar su caso contra Coinbase tras una declaración pública del CEO de dicha plataforma, lo que ha hecho que la comunidad criptográfica espere una resolución similar para Ripple. La confirmación de tal movimiento podría abrir la puerta a la aprobación de un ETF sobre XRP en Estados Unidos, lo que sin duda atraería un interés institucional significativo y podría catapultar su precio hacia niveles máximos históricos.
Sin embargo, a esta incertidumbre legal se suma la presión externa generada por las medidas arancelarias internacionales. El gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, implementó una tarifa base del 10% que comenzó a regir el 5 de abril, intensificando las tensiones comerciales con economías clave como China, la Unión Europea y Japón, que también respondieron con medidas recíprocas. Esta escalada en la guerra comercial mundial ha generado un sentimiento general de aversión al riesgo, impactando negativamente en los mercados de riesgo, incluyendo las criptomonedas. La relación entre XRP y los mercados tradicionales parece estar cobrándose factura con cada nueva noticia sobre las tarifas. La exclusión de XRP de la consideración como un activo de reserva estratégica, la prolongada falta de respuesta de la SEC, y el contexto internacional adverso han contribuido a las fuertes caídas observadas durante inicios de abril.
Por ejemplo, el 6 de abril XRP sufrió una caída superior al 10%, recuperando fugazmente solo una pequeña fracción del mercado más amplio, que redujo su capitalización total a aproximadamente 2.46 billones de dólares. En paralelo, Bitcoin no ha estado exento de estas turbulencias. Después de haber superado brevemente los $100,000, el activo digital más reconocido cayó por debajo de los $80,000, una caída significativa que refleja la volatilidad y los riesgos actuales del mercado. Este retroceso está estrechamente ligado con varios factores macroeconómicos, incluyendo la caída en el tipo de cambio USD/JPY, que descendió hasta 145.
108, su nivel más bajo desde el último episodio de desarme del carry trade con el yen. Para entender la influencia del carry trade en el mercado de criptomonedas es importante recordar que muchos inversores aprovechan las bajas tasas de interés de Japón para tomar préstamos en yenes y luego invertir en activos con rendimientos más altos en otras monedas. Cuando esta relación se deshace bruscamente, como ha ocurrido tras el cambio de política del Banco de Japón y la apreciación del yen, provoca movimientos en cascada en los mercados, afectando a activos de alto riesgo como Bitcoin. El impacto de la política arancelaria también repercute en las expectativas sobre la inflación y la respuesta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Un aumento en las tarifas generalmente genera presiones inflacionarias, lo que puede conducir a una postura más agresiva por parte del banco central en cuanto a alzas en las tasas de interés.
En este contexto, los activos de riesgo tienden a sufrir, ya que el costo de financiamiento aumenta y los inversores prefieren refugios más seguros. La comunidad criptográfica y analistas están atentos a varios indicadores que podrían marcar un cambio en esta dinámica. La resolución definitiva del caso de Ripple es una variable clave, ya que una decisión favorable podría desencadenar un renovado optimismo y mejorar la liquidez y demanda institucional del XRP. La aprobación de un ETF para XRP, que permita la entrada de grandes fondos y actores regulados, se visualiza como un catalizador fundamental para un repunte sostenido. De igual modo, la evolución de las negociaciones comerciales a nivel global y eventuales desescaladas en las medidas tarifarias podrían aliviar la presión sobre los mercados de riesgo y las criptomonedas en particular.
Notificaciones económicas clave, como el reporte del Índice de Precios al Consumidor (CPI) previsto para el 10 de abril, serán observadas con atención para ajustar las expectativas sobre la política monetaria de la Fed y su impacto en el apetito por riesgo. En cuanto a Bitcoin, las perspectivas son mixtas. Por un lado, existe el riesgo de que una prolongación en la disputa comercial, junto con datos inflacionarios más agresivos y posturas restrictivas de la Fed, puedan arrastrar el precio hacia niveles cercanos a los $70,000. Por otro lado, un escenario favorable con alivio en las tensiones comerciales, datos inflacionarios moderados y un tono más conciliador en la política monetaria, podrían impulsar Bitcoin a nuevas alturas, con proyecciones que llegan a superar los $109,000. El colectivo de inversores y traders debe permanecer alerta frente a estos escenarios, evaluando constantemente la evolución tanto de los factores regulatorios en Estados Unidos como las dinámicas geopolíticas globales que impactan en el sentimiento del mercado.