En un avance histórico para la biotecnología y la agroindustria, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, conocida como FDA por sus siglas en inglés, ha aprobado el consumo humano de los primeros cerdos modificados genéticamente mediante la técnica CRISPR. Esta innovación, desarrollada por PIC, una empresa británica especializada en genética porcina, busca combatir una enfermedad viral que ha azotado a la industria porcina mundial durante décadas, ofreciendo una alternativa sostenible y segura para la producción de carne. La edición genética mediante CRISPR es una revolucionaria herramienta que permite modificar con precisión segmentos específicos del ADN, eliminando o alterando genes para conseguir características deseadas. En el caso de los cerdos aprobados por la FDA, la modificación se centra en eliminar un receptor celular que es el principal portal de entrada del virus porcine reproductive and respiratory syndrome (PRRS). Este virus ha ocasionado pérdidas millonarias, especialmente en Estados Unidos, debido a su alto impacto sobre la salud y la reproducción de los cerdos.
El PRRS es considerado una de las enfermedades más destructivas para la producción porcina, ya que no solo provoca la muerte de lechones, sino que también genera fallas reproductivas graves en cerdas. Se estima que sólo en Estados Unidos el daño económico anual supera los 560 millones de dólares. La creación de cerdos resistentes a casi todas las cepas de este virus, gracias a la eliminación de dicho receptor, representa una solución innovadora y económicamente significativa para los productores. El proceso de edición genética se realiza en embriones tempranos, que luego son implantados en cerdas maduras. Gracias a esta técnica, la modificación es heredable, lo que significa que las generaciones futuras de cerdos podrán mantener esta resistencia sin necesidad de intervenciones adicionales.
Además, los cerdos editados no presentan diferencias en términos de sabor, textura o valor nutricional comparado con los cerdos no modificados, lo que asegura que la carne resultante es segura y comparable para el consumo humano. Este logro no solo marca un precedente en la aprobación regulatoria en Estados Unidos, sino que también podría sentar las bases para una adopción más amplia de alimentos provenientes de animales genéticamente modificados. En el pasado, la aprobación de animales modificados para consumo humano ha enfrentado resistencia debido a preocupaciones sobre la seguridad, la ética y la percepción pública. Sin embargo, la simplicidad y eficacia de la técnica aplicada por PIC, que consiste en eliminar un gen en lugar de añadir elementos externos, puede facilitar la aceptación y confianza de los consumidores y reguladores. Es importante señalar que Estados Unidos no es pionero en la aprobación de animales modificados genéticamente para consumo.
En 2020, la FDA aprobó los cerdos Galsafe de Revivicor, que fueron diseñados para eliminar la azucár alpha-gal, un componente que puede desencadenar reacciones alérgicas graves en algunas personas y limitaba el uso de órganos porcinos en trasplantes. Aunque inicialmente estos cerdos no fueron editados mediante CRISPR, actualmente la empresa utiliza esta técnica para producir nuevas generaciones de estos animales. Además de los cerdos, la FDA también ha aprobado salmón modificado genéticamente para consumo humano. Sin embargo, la transición de estas tecnologías del laboratorio al mercado ha sido lenta y desigual, debido a la combinación compleja de regulaciones, aceptación pública y desafíos en la cadena de suministro. Las expectativas con los cerdos de PIC son positivas debido a que la intervención genética se limita a la eliminación de un gen, evitando así preocupaciones comunes de que se estén insertando materiales genéticos ajenos o transgénicos.
Este proyecto se encuentra en fase de expansión y, aunque la FDA ha dado luz verde al consumo de estos cerdos en Estados Unidos, la empresa busca obtener aprobación en otros mercados clave donde el consumo y la producción de carne de cerdo son significativos, como México, Canadá y China. A pesar de la aprobación, es probable que comercialmente estos cerdos no estén disponibles en Estados Unidos hasta el 2026 o más adelante, debido a los tiempos necesarios para producir y escalar el proceso, así como para preparar la cadena de suministro y el mercado. Desde la perspectiva ambiental y económica, la introducción de cerdos resistentes al PRRS puede tener un impacto positivo. La reducción en la incidencia de enfermedades implicaría una menor necesidad de tratamientos veterinarios con antibióticos y otros medicamentos, disminuyendo la presión sobre el medio ambiente. Al mismo tiempo, disminuirían las pérdidas agrícolas y se podrían optimizar los recursos destinados al cuidado y producción de los animales.
La edición mediante CRISPR también abre la puerta a futuros desarrollos en el ámbito agropecuario, donde enfermedades, alergias o incluso características relacionadas con la calidad de la carne podrían ser mejoradas mediante modificaciones genéticas precisas y seguras. Esto puede transformar radicalmente la industria de la carne, haciéndola más eficiente, segura y amigable con el medio ambiente. No obstante, la aceptación de la carne proveniente de animales genéticamente editados sigue enfrentándose en algunos sectores a debates éticos y preocupaciones sobre la salud a largo plazo de los consumidores. Es vital que los organismos reguladores, las empresas y la comunidad científica mantengan un diálogo abierto, proporcionando información transparente y basada en evidencia para generar confianza y claridad en la sociedad. En conclusión, la aprobación por parte de la FDA de los primeros cerdos editados con CRISPR para consumo humano representa un salto significativo en la intersección entre biotecnología y alimentación.
Esta innovación promete ayudar a mitigar una enfermedad devastadora para la ganadería porcina, impulsar la ganancia económica para productores y mejorar la seguridad alimentaria global. A medida que la tecnología madura y se expande, el futuro de la carne genéticamente editada se presenta como una alternativa viable y sostenible para enfrentar los desafíos que el cambio climático, la seguridad alimentaria y las enfermedades animales plantean a nivel mundial.