Nike, el gigante mundial del calzado deportivo y la moda, se encuentra en el centro de una tormenta legal tras ser demandado colectivamente por 5 millones de dólares. La causa de esta demanda es la promoción y posterior cierre repentino de su plataforma de tokens no fungibles (NFTs) RTFKT, propiedad que había adquirido en 2021 con la intención de ampliar su presencia en el mundo digital y metaverso. Los demandantes acusan a la marca de inducir a error a los inversores respecto a la naturaleza y el valor real de los NFTs relacionados con RTFKT, lo que ha desatado un debate intenso tanto en el ámbito jurídico como entre los actores del mercado de activos digitales. La demanda fue presentada en un tribunal federal de Brooklyn el 25 de abril de 2025, con una acusación contundente contra Nike por un supuesto “rug pull”, término coloquial del sector cripto que describe un abandono repentino y perjudicial de un proyecto tras un proceso previo de promoción agresiva y atracción de inversiones. Según los demandantes, Nike promovió con fuerza una colección de NFTs perteneciente a la familia RTFKT, especialmente la serie 'CryptoKick', vinculada a zapatillas virtuales, incentivando la inversión gracias a la expectativa de beneficios y funcionalidades exclusivas.
Sin embargo, en enero de 2025, la empresa cerró la plataforma, provocando una caída dramática en el valor de estos activos digitales y dejando a los holders sin las prometidas utilidades y accesos exclusivos. Desde un punto de vista legal, la demanda presenta una controversia significativa alrededor de la clasificación de los NFTs como valores o securities, un tema aún sin una resolución judicial definitiva en Estados Unidos. Los demandantes sostienen que, independientemente de esta clasificación, Nike habría incumplido deberes al promocionar y vender NFTs que actuaban como valores no registrados, vinculando el valor del token a las acciones futuras de la compañía y a su marca reconocida globalmente. Se argumenta que la estrategia de marketing de Nike generó expectativas de valorización basadas en campañas continuas, creando un vínculo directo entre la reputación empresarial y el valor de los tokens, lo que, tras el cierre abrupto, se tradujo en pérdidas millonarias para los inversores. Estas acusaciones se enmarcan en un contexto más amplio de incertidumbre regulatoria sobre los NFTs, cuya naturaleza intangible y su creciente popularidad han puesto a prueba las leyes financieras tradicionales.
Si bien OpenSea, uno de los principales mercados de NFTs, ha defendido que estos tokens no deben clasificarse como valores ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), la demanda contra Nike puede sentar precedente en cómo se interpretarán las obligaciones legales de las empresas que operan en este espacio híbrido entre arte digital, coleccionismo y productos financieros. La caída en valor de los NFTs de RTFKT es dramática y tangible: cuando se lanzaron inicialmente en abril de 2022, el precio promedio de un CryptoKick rondaba las 3.5 Ether, equivalentes a aproximadamente 8,000 dólares por token. En contraste, para el 21 de abril de 2025, pocos meses después del cierre, estos NFTs se estaban negociando alrededor de 0.009 Ether, o cerca de 16 dólares, una depreciación catastrófica que refleja el impacto directo del abandono de la plataforma y la pérdida de funcionalidades asociadas a la participación activa en desafíos y recompensas dentro del ecosistema RTFKT.
Además, esta tendencia coincide con una crisis más amplia en el mercado de NFTs, que en el primer trimestre de 2025 registró una caída del 63% en ventas globales, pasando de 4.1 mil millones en el mismo periodo del año anterior a apenas 1.5 mil millones de dólares. Esta contracción subraya un creciente escepticismo y reajuste en la valoración de activos digitales basados en hype o modas temporales, y pone en el centro del debate la sostenibilidad y la confianza pública en estos mercados. Para Nike, la demanda no solo implica una posible indemnización significativa, sino también un desafío reputacional que cuestiona la forma en que las marcas integran estrategias de mercadeo digital con la satisfacción y protección de los consumidores e inversores.