El cáncer continúa siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Según el Instituto Nacional del Cáncer, en 2022 se registraron cerca de 20 millones de nuevos casos y 9.7 millones de muertes relacionadas con esta enfermedad, con proyecciones que estiman un aumento a casi 30 millones de casos anuales para 2040. En este contexto, la detección temprana juega un papel vital para mejorar los resultados clínicos y las opciones de tratamiento. Sin embargo, los métodos tradicionales, como las pruebas sanguíneas invasivas y el acceso limitado a centros médicos especializados, representan barreras significativas para muchos pacientes.
En medio de este panorama, la startup japonesa Craif está cambiando las reglas del juego al desarrollar una innovadora tecnología basada en microARN para la detección temprana del cáncer a través de una prueba no invasiva de orina. Craif fue fundada en 2018 como una spin-off de la Universidad de Nagoya, motivada por experiencias personales de su cofundador y CEO, Ryuichi Onose, quien vio el impacto devastador del cáncer en su familia. Junto al profesor asociado Takao Yasui, que había desarrollado un método novedoso para detectar biomarcadores cancerígenos en orina, Onose apostó por un enfoque distinto al del resto del mercado: el uso de microARN como biomarcador en lugar de ADN libre circulante, o cfDNA, que es lo más común entre las startups actuales. El microARN, que ganó considerable atención tras su relación con el Premio Nobel de 2024, tiene un papel crucial en la biología del cáncer desde sus etapas iniciales. A diferencia del cfDNA, el microARN se secreta activamente en estadios tempranos por las células cancerosas, lo que lo convierte en un indicador más sensible y específico para la detección precoz.
Además, la elección de la orina como medio para la prueba de detección trae múltiples ventajas. La orina es fácil de obtener, no invasiva y presenta menos contaminantes que la sangre, lo que reduce la posibilidad de errores en la medición y hace que el procedimiento sea más accesible tanto para pacientes como para profesionales de la salud. Actualmente, el producto estrella de Craif llamado miSignal ofrece un test que detecta riesgos asociados a siete tipos distintos de cáncer, incluyendo el pancreático, colorectal, de pulmón, estómago, esófago, mama y ovarios. Esta prueba permite a los usuarios realizarse un análisis en la comodidad de su hogar y obtener resultados mediante un sistema impulsado por inteligencia artificial y análisis avanzado de microARN. Esta combinación tecnológica aumenta la precisión diagnóstica y reduce la necesidad de pruebas invasivas o costosas.
Desde su lanzamiento en Japón, miSignal ha cosechado éxito y generado ingresos significativos. La empresa colabora con más de 1,000 instituciones médicas y 600 farmacias, proporcionando acceso a la prueba para aproximadamente 20,000 usuarios. El modelo de negocio de Craif incluye tanto pruebas individuales como suscripciones, permitiendo a los usuarios realizar exámenes regulares para monitorear la evolución de su salud con respecto al cáncer. En 2024, la empresa reportó ingresos de 5 millones de dólares y planea triplicar esa cifra para fines del presente año. La reciente ronda de financiamiento Serie C de $22 millones, liderada por el inversor existente X&KSK e incluyendo a grupos estadounidenses como Unreasonable Group, así como empresas japonesas importantes como TAUNS Laboratories, Daiwa House Industry y el grupo bancario Aozora, ha elevado la financiación total de Craif a $57 millones y valora la compañía en cerca de $100 millones.
Este capital será fundamental para consolidar la entrada de la startup en el mercado estadounidense y avanzar en estudios clínicos que permitan obtener la aprobación regulatoria de la FDA. Ya en proceso, Craif se ha asociado con 30 instituciones médicas ubicadas en 15 estados de EE.UU. para recolectar muestras de pacientes con cáncer de páncreas y continuar validando su tecnología en entornos clínicos diversos. Esta expansión no solo representa un paso comercial estratégico, sino también un avance científico que puede repercutir positivamente en las tasas de supervivencia en regiones donde las herramientas de diagnóstico son menos accesibles.
Más allá del diagnóstico del cáncer, la visión de Craif incluye la aplicación de su tecnología para la detección temprana de enfermedades no cancerosas, como los trastornos neurodegenerativos, incluyendo la demencia. Este enfoque multidisciplinario añade valor a su plataforma y abre nuevas oportunidades en el campo del diagnóstico preventivo. Para apoyar sus operaciones en EE.UU., la empresa ha establecido un laboratorio de investigación y desarrollo en Irvine, California, y se encuentra en proceso de abrir una oficina en San Diego para manejar sus actividades comerciales.
La inversión reciente permitirá también ampliar su fuerza laboral, que actualmente está compuesta por 73 empleados comprometidos con la misión de hacer la detección temprana de cáncer accesible y eficiente. En un mercado altamente competitivo, donde existen otras startups como Grail, Freenome y DELFI Diagnostics, que se focalizan en biomarcadores derivados del cfDNA, Craif destaca por la precisión y simplicidad de su prueba basada en microARN y el empleo de orina. Esto no solo reduce el costo y la invasividad, sino que también mejora la experiencia del usuario, incrementando la adopción y adherencia a programas de cheques regulares, lo cual es clave para detectar las enfermedades en etapas tratables. El impacto potencial de esta innovación es considerable. La detección temprana es fundamental para mejorar significativamente los resultados terapéuticos y la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
La mayoría de las muertes por cáncer están relacionadas con detecciones tardías, cuando las opciones de tratamiento son limitadas y menos efectivas. Al ofrecer una solución accesible y no invasiva, Craif puede facilitar un cambio hacia diagnósticos más frecuentes y oportunos. Además, la escalabilidad de su modelo, que combina la biotecnología avanzada con inteligencia artificial, pone a Craif en una posición estratégica para contribuir a combatir una enfermedad que representa una carga de salud pública monumental a nivel global. Su enfoque también resuena con las tendencias crecientes en medicina personalizada y los programas de bienestar corporativo, que exigen soluciones prácticas para monitorear la salud de manera preventiva. En conclusión, la reciente ronda de $22 millones de Craif refleja la confianza de inversores tanto en Japón como en Estados Unidos en su potencial disruptivo y en la solidez de su tecnología.
Su avance en la detección temprana del cáncer a partir de microARN en orina representa una innovación con gran proyección global. A medida que intensifique sus investigaciones, amplíe su portafolio y conquiste nuevos mercados, la startup se posiciona para transformar radicalmente el panorama de la medicina preventiva y ofrecer una esperanza renovada a quienes enfrentan la amenaza del cáncer.